“Nunca es tarde si la dicha es buena”, eso fue lo primero que pensamos cuando Carmen nos llamó por primera vez contándonos el tipo de boda que habían planeado. Tras 28 años juntos, Carmen y Miguel habían decidió darse el “sí, quiero”.
La pareja reunió a sus familiares y amigos en el jardín de su casa, allí realizaron la ceremonia y el convite en un ambiente íntimo y distendido. Los novios se llevaron la primera sorpresa al ver a Neus Ferri cantando para ellos en su camino al “altar”, las emociones estuvieron a flor de piel en todo momento.
El convite fue totalmente desenfadado, sin mesas numeradas ni asientos otorgados, de modo que los invitados iban cambiando de lugar y conversación mientras el catering les acercaba bocados deliciosos. La música en directo puso el broche de oro a la fiesta.